- Mal y bien no son para siempre
- Tiempo para abrir más la mente
- A los adversarios, “ya párenle”
Javier Rodríguez Lozano
AGUASCALIENTES, Ags., jueves 26 marzo 2020.- Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca: Miguel de Cervantes Saavedra en El Quijote… Ayer planteaba una interrogante que no anda de aventura ni en la vagancia: “¿El coronavirus será un deshielo siberiano del calentamiento global?” Será una de las hipótesis o líneas de investigación que surjan en la Era Postcoronavirus, con que conmemorán, o conmemoraremos, según sea el caso, la próxima navidad y fin de año, la primera de la nueva era global, porque para entonces nada será igual ni los sobrevivientes serán los mismos. El deshielo en Siberia, que hemos provocado nosotros mismos con nuestra rebeldía a combatir el cambio climático, no sólo ha liberado a virus como el Antrax, sino también a restos de animales jamás imaginados… El punto de mi bautizo a cargo del padre José Ramírez Alonso -hermano de Ernesto Alonso, El Señor Telenovela– en el templo de San José del centro de la Ciudad de Aguascalientes, en septiembre de 1947, es que algo apareció con el agua sobre mi cabeza, que azoró a los asistentes, quienes miraron al párroco; éste a ellos, y después de unos segundos y en silencio, continuó la ceremonia. “¿Qué pasó, padre; qué fue eso?”, preguntó mi madre al padre antes de despedirse de él. “No lo sé, hija, pero lo que sí te puedo decir es que este niño será especial para ti”. No se equivocó (ah, cómo me gustaría escribir por qué)… Ayer también yo me preguntaba: “¿Qué escribir en la cuarentena”, y decía que yo no tengo dificultad con eso. El problema es, ¿para quién escribir? Se necesita al menos uno o dos lectores de mucha mente abierta, para comunicar lo que uno ha aprendido y quisiera compartir. Trataré de dar un ejemplo: En el chat de la Fraternidad de Reporteros de México, A.C., apareció ayer un texto reenviado por su presidente Raúl Correa Enguilo, compañero reportero en El Universal de 1987 a 1994. Raúl es un hombre que –respetuosamente dicho porque hay más excepciones- como periodista tiene muy pocos competidores en el campo de la honestidad y la ética. Sin embargo, algunos criticaron el texto que había enviado. La incomodidad de los críticos fue porque ese texto hablaba del sistema planetario, tema todavía ignorado por “los periodistas serios”. Entonces, ¿para quién escribir sin hacer el ridículo en el intento? … A manera de introducción a los relatos que inicié ayer aquí en este espacio, recordaré en homenaje a la memoria de mi inolvidable maestro Rafael Arles Ramírez, quien cuando empezó su novela Ojalá te mueras (1925), con esta frase: “Hola, mucho gusto en conocernos”. Y luego parodiaría al misterioso escritor polaco Bruno B. Traven (1882-1969), célebre autor de El tesoro de la Sierra Madre (1927), filmada en 1948 por John Huston y estelarizada por Humprey Bogart, y de Canasta de cuentos mexicanos (1955) con algo muy parecido a esta frase de uno de sus cuentos, El barco de la muerte, y que dice: “¿Que dónde queda mi patria? En el lugar en el que esté y en el que nadie quiera saber quién soy, ni qué estoy haciendo, ni de dónde soy: esa es mi patria, mi tierra”. Arles decía ser de Jalisco, pero también de Sonora o de Veracruz… “Entre las almas y entre las rosas hay semejanzas maravillosas”, dice un canción yucateca que le encanta al poeta chiapaneco Roberto López Moreno, uno de los pocos que sabe de qué estoy hablando, porque nos conoció bien a Arles y a mí, quien para Gustavo Sainz era “como un extraño monaguillo cargándole el portafolios al maestro”, como describe en sus Novelas clandestinas (1982)… Entre Rafael Arles Ramírez y Bruno B. Traven hubo al menos, cuatro semejanzas maravillosas: su estilo de escribir era muy parecido, iban directo al sufrimiento humano, ambos fueron entrañables amigos de Esperanza López Mateos, la hermana de Adolfo que ya era Presidente, traductora de Traven y confidente de Arles; ambos murieron el mismo año de 1969 y los restos de los dos reposan en la tierra que tanto amaron: Chiapas. Arles, en el cementerio de Túxtla Gutiérrez y Traven, sus cenizas fueron esparcidas sobre las aguas del río Jataté, de Ocosingo…
LA COSA ES QUE…
Ricardo Salinas Pliego difundió ayer un video en extremo conmovedor y absoluta y totalmente verídico, cierto, inteligente, inédito, como si hubiere sido escrito para él por seres de otro planeta, de un entendimiento superior, y que él mismo fuera -como hay muchas y muchos entre nosotros- un ser de otro planeta. Lo triste no es que exhiba las carencias del Estado mexicano y sus sectores más representativos, en especial el pudiente, sino lo que vendría después del coronavirus si no nos ponemos las pilas: una criminalidad desconocida hasta ahora. Les pide a los adversarios de Andrés Manuel López Obrador que le paren y piensen en México. Hablaremos de eso; qué tal.
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