COSA DE PRENSA

  • A darle tiempo al tiempo
  • Unos ven México utópico
  • Gestan nuevo periodismo

Javier Rodríguez Lozano

AGUASCALIENTES, Ags., sábado 1 febrero 2020.- Ciertamente, ninguna de las tres transformaciones de México que preceden a la 4T se hizo en un sexenio. Esta es una de las razones por las que la administración de Andrés Manuel López Obrador no bastará para lograr el nuevo México, que a la distancia muchos ven utópico, el de la bandera blanca contra la corrupción y la impunidad. Ya lo hemos dicho, el tamaño de ambas fenomenologías es descomunal y su comprensión casi, casi, requiere de tanta imaginación y sensibilidad como para interpretar –y entender sobre todo– las diferencias conceptuales de una misma idea mitológica: El Prometeo de David Alfaro Siquieros, en el Polyforum Cultural; el Prometeo del escultor colombiano Rodrigo Arenas Betancourt, en la Facultad de Ciencias de Ciudad Universitaria; y el Prometeo de José Clemente Orozco, en el Pormona College de Claremont, California: Hablamos del dios griego que roba el fuego del Carro del Sol de Zeus, para devolvérselo a los hombres y darle dignidad a su desamparada humanidad. La ira del jefe del Olimpo –esposo de Metis, madre de Atenea; Temis, que le fuera infiel con Mnemosine y que procreará con el amante en nueve noches de amor a las Nueve Musas; y Hera, como él, también hija de Cronos y Rea, y por lo tanto su hermana- fue cruel al desquitarse de Prometeo y enviaría a Pandora, con la que llegaron a la humanidad en una caja todos los males. Algo semejante, especialmente en devolverle la dignidad a las y los mexicanos, es lo que pretende la 4T, pero como se ve, no es fácil de entender y menos de desandar… En este contexto transformador no puede faltar el periodismo, siempre ha estado presente desde el principio del tiempo de México, desde los antecesores aztecas a Bernal Díaz Castillo y hasta nuestros días. No habrá día en que no presenciamos una batalla entre el periodismo y el poder político. Sin desperdicio, lo ocurrido en la mañanera de hace unos días cuando la periodista Denise Dresser increpó el presidente Andrés Manuel López Obrador: Refirió el acoso judicial al periodista Sergio Aguayo y los 10 millones de pesos con que pretende sancionarlo un juez, inocultablemente corrupto; y a la presunta filtración documentos de la Fiscalía General de la República, sobre reformas que presuntamente pretenden perseguir a periodistas. Le pidió al Presidente se comprometiera a no perseguir a periodistas: “¿Se compromete a que no se hará un uso faccioso del aparato del Estado para perseguir una persona como a veces parecería que ocurre desde esta tribuna?” El Mandatario lamentó “que me confundas con los gobernantes anteriores”. Denise aclaró no confundirse: “Su gobierno trabaja con insumos para una reforma judicial y se parecen a mucho de lo que se hacía en el pasado, señor presidente”. Sereno, tranquilo y pausado, como es su estilo, el Presidente soltó: “Para empezar, lo que dices no es cierto, no tengo nada que ver con la supuesta reforma”. Dresser insistió en el fiscal Alejandro Gertz, AMLO aclaró que es autónomo, y amplió: “Ya no es el tiempo de antes, de la simulación. Yo no estoy acostumbrado a tirar la piedra y a esconder la mano. Yo doy la cara. Tengo diferencias con el conservadurismo. Ahora que se pelean en el caso, por ejemplo, de Moreira del PRI, Calderón del PAN, nada más voy a dar un dato que sí puedo probar: Quien exonera a Moreira es Calderón, lo hace la procuraduría, sí”. La periodista insistió en que el Gobierno persigue a Sergio Aguayo y AMLO reiteró que la Fiscalía es autónoma. El pin pon paró cuando Denise insistió en solicitarle al Presidente su compromiso de no criminalizar a periodistas; “claro que sí, por convicción”, dijo el Ejecutivo, quien diría: “Nuestros adversarios, que creen que somos iguales que los gobernantes de otros tiempos, hicieron todo un escándalo, o sea, les puedo explicar cómo me enteré de esta supuesta ley.

LA COSA ES QUE…

AMLO se referiría a una edición en un periódico, cuya naturaleza los periodistas conocemos muy bien, pero no es claro a los lectores de periódicos. Un encabezado de El Financiero que decía: “Nos quieren encarcelar a todos, nos van a meter a la cárcel a todos’. Entonces me llamó la atención” (continuaremos); qué tal.

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