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El innombrable echeverrismo
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Destapaba hoyos para taparlos
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Cuotas de salud, no en 2021
Javier Rodríguez Lozano
AGUASCALIENTES, Ags., viernes 10 enero 2020.- Pareciera que traemos al echeverrismo “entre ceja y oreja”; no es así. Lo que pasa es que aquella época política nos ha dejado una cauda del experiencias del tipo “lo que no debe hacer un presidente”. Por ejemplo, Luis Echeverría financió a algunos grupos guerrilleros, como al Frente Revolucionario Armado del Pueblo, entrenado por un militar alemán bajo los auspicios de Álvaro Zuno Arce, entonces cuñado del secretario de Gobernación de la época. Por eso tenía los datos correctos con los que Fernando Gutiérrez Barrios, Miguel Nazar Haro, Alfonso Durazo Moreno, Francisco Sahagún Baca, Rafael Rocha Cordero, entre muchos otros picudos sabuesos policiacos, llegaron a las casas de seguridad de guerrilleros, en especial los de la Liga Comunista 23 de Septiembre, y los masacraron. La orden no era detenerlos, sino asesinarlos. Jesús Piedra Ibarra, hermano de la actual presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario, había estado en el asalto al vehículo de Eugenio Garza Sada, aquel 17 de septiembre de 1973 en Monterrey. Este pequeño dato revela que, más allá de que un pionero aguascalentense, Miguel Sarre, abriera la brecha nacional de la defensa de los derechos humanos; y que otro joven también de la tierra de la Fiesta Bonita, Ignacio Salas Obregón, figurar como fiero jefe del grupo guerrillero más peligros de la época, la LC2S, nadie en México en estos momentos sabe más de los derechos humanos que la familia Piedra Ibarra, ambas Rosarios, madre e hija… Echeverría, en su locura por hacerse de la candidatura presidencial, cometió infinidad de atrocidades, a nombre de aquella ideología que condenara magistralmente Carlos Fuentes. “Oh, democracia, cuántos crímenes se cometen en tu nombre”… Lo mismo había creado el conflicto estudiantil de 1968 que incendiado el Jueves 10 de Corpus de 1971, y también, con ayuda de líderes campesinos como Humberto Serrano Pérez, del Consejo Agrarista Mexicano, invadiera infinidad de tierras para luego él, el presidente de la República, enviar al Ejército a liberarlas, como en Sonora, por ejemplo… Más o menos lo mismo parece que empezamos a figurarnos ahora con el gravísimo problema de la salud de las y los mexicanos, que seguramente veremos más o menos controlado a partir de septiembre de este año, cuando inicie el proceso electoral intermedio para los comicios de 2021, en que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) buscará mantener y reforzar la mayoría en la Cámara de Diputados. Este proceso, dice la revista Forbes, “de centralización de diversos servicios, mal llamado federalización, comenzando por aquellos de salud, donde más allá de la gran inversión que se requiere para trasladar todos los servicios a espacios de control federal”. En su opinión, las implicaciones de dicha acción en términos administrativos son inmensas, porque la variedad de instituciones de salud que existen en el país es tal y con problemáticas tan variadas, que ni una súper secretaría podría alinear los procesos en un sexenio. “El tema se hace más complejo si, como se mencionó recientemente, ocurre lo mismo con educación, pues eso implicaría otro espacio de gran complejidad para regresar las cosas a como estaban en 1993, antes de los procesos de federalización, ahí sí, de la educación”… En septiembre próximo se abre el fuego en busca de 14 gubernaturas. Podrían ser 15, si la Suprema Corte de Justicia de la Nación confirma la inconstitucionalidad de la reforma avalada por el Congreso bajacaliforniano para prolongar hasta el 2024 la gestión del morenista Jaime Bonilla… En opinión de nuestro amigo Mouris Salloum George, director del Club de Periodistas de México, A.C., “el gobierno de la Cuarta Transformación ha centrado su gestión en arreglos parciales con el sector empresarial, de incierta consumación. Falta, sin embargo, la convocatoria al Gran Acuerdo Nacional la de los partidos políticos y otras fuerzas sociales, excluidas hasta hoy de los esfuerzos de conciliación. No es una asignatura precisamente accesoria; es una red de protección para una eventual caída del trapecio. Vale”… Ciertamente, la voracidad de la burocracia electoral, partidos políticos, consejeros y magistrados electorales, está excluida de ese Gran Acuerdo Nacional, porque se negó a aprobar la iniciativa morenista para reducir el dinero del erario a esa faramalla comicial, en cuyo caso toma delantera desde ahora Yeidckol Polevnsky, al renunciar al 75% de las prerrogativas… En ese campo, el electoral, tema primordial será el de la salud. Al respecto, por ahora, la Secretaría de Salud ha reconocido que hospitales e institutos de alta especialidad seguirán cobrando cuotas de recuperación, “al menos durante 2020” porque, según el subsecretario Hugo López-Gatel: “resulta imposible solventar todas las carencias de cobertura”.
LA COSA ES QUE…
De estas declaraciones resaltan dos datos duros: Sí se cobrará el servicio de salud, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que no, y “al menos durante 2020”, no para el 21, que es el año electoral. Alguna semejanza con el echeverrismo es mera coincidencia; qué tal.