COSA DE PRENSA

Gabriel Amorth, el más grande exorcista, ya finado.

 

  • Poseído abordo de un autobús
  • Papa Francisco estudia a México
  • Demonólogo José Antonio Fortea

 

Javier Rodríguez Lozano

 

CIUDAD DE MÉXICO, viernes 5 julio 2019.- Las palabras exactas con las que el padre Juan Rivas presentó a Ángel el endemoniado ante el Papa Francisco, fueron éstas: “Santidad, esta persona necesita su bendición. Le han visto 10 exorcistas, le han hecho más de 30 exorcismos y los demonios que lleva dentro no quieren salir”. Enseguida vendría la pontificia imposición de manos y el estruendoso rugido de exhalación de cuatro entidades demoniacas que no querían salir de aquel cuerpo. Agrega el relato del presbítero mexicano Rivas: “El Papa, por supuesto, lo oyó, los encargados de su seguridad, así como una niña que había a nuestro lado. Pero a pesar de ese rugido espantoso, el Papa no se dejó impresionar y siguió adelante con su oración, como si ya antes hubiera afrontado situaciones similares”… ¿Qué siguió después? Que el Santo Padre quedó tan conmovido que iniciaría su propio estudio del caso, más allá de escuchar al cura Juan Rivas, o al exorcista mayor Gabriel Amorth, o a los cardenales Norberto Rivera Carrera y Juan Sandoval Íñiguez. Sabía que, aunque el michoacano Ángel había sido poseído (según contaría él, al subir a un autobús urbano en la Ciudad de México, sería cuando empezaría a sentirse raro) en 1999, muchos años antes de la declaratoria de guerra al crimen organizado por parte de Felipe Calderón y de la legalización del aborto en la capital mexicana, había algo que le llamaba la atención. Fue entonces que, de su repertorio lunfardo, aquel modismo oral surgido con el tango a las márgenes del Río de la Plata, rescató un adjetivo que le decía que había una “bronca” con México: ¿Pero de quién y contra quién; y por qué? Dos años se llevó el Santo Padre para llegar a una conclusión. Escrupuloso al fin, como corresponde a su muy elevada investidura espiritual, concilió su primera pista con una etimología que le decía: “Cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia”. Encontró en un libro muy viejo, La sociedad feudal, de March Block, una de las razones por las cuales San Francisco de Asís, había sido el primero, y el único hasta entonces porque jamás se volvería a hacer algo igual en la Iglesia Católica, hasta que el Papa Francisco decidiera hacer los mismo en México… Es preciso recordar que este espacio, COSA DE PRENSA.NET, está consagrado a relatar lo más detalladamente posible, el por qué de “la bronca del diablo con México”, único país en el mundo donde se ha realizado un macro exorcismo nacional… Antes de leer la página 145 de aquel viejo libro de Block, el Papa encontró que la causa de aquel exorcismo urbano de San Francisco de Asís había sido la exacerbada violencia del siglo XII, y más entre las propias familias que fuera de ellas, pero al fin violencia incontrolable, que hizo necesaria la intervención de las leyes espirituales, con las que el santo pondría el remedio. En la citada página de La sociedad feudal, se lee: “Así, la violencia se convirtió en un privilegio de casta, en la que –según Beaumanoir, ‘solo los gentilhombres pueden guerrear” … Aquella ciudad exorcizada por San Francisco de Asís se llamó Arezzo, y estaba enclavada en la región francesa de San Luis. “Arezzo no era la única ciudad de donde San Francisco tal como lo vemos pintado en los muros de la Basílica de Asís, hubiera podido exorcizar los demonios de la discordia”, dice March Block… Fue así como el Sumo Pontífice llamó al cardenal Sandoval Íñiguez para encargarle la tarea: practicar un macro exorcismo en la catedral de San Luis Potosí -donde tres sacerdotes habían escandalizado, acusados de pederastia- para expulsar a los demonios de la violencia que había en México.

LA COSA ES QUE…

Hemos de llegar a aquel 21 de mayo de 2015, dos años después del exorcismo papal al michoacano Ángel, pero antes agotemos los testimonios de aquel combate del Ancla del Mundo contra el mal. Además de Gabriel Amorth, estaba también ahí el afamado demonólogo español José Antonio Fortea, quien relataría al periodista y teólogo, José Manuel Vidal, por qué el comunicador Risto Mejide lo acorralara, después de su participación en el exorcismo papal del Pentecostés. ¿Lo platicamos mañana?; qué tal.

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