Nora Ruvalcaba Gámez
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El nuevo sistema político mexicano
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Trump y AMLO en los ostracismos
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Pero gobernaban bajo la discreción
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Cacería de Brujas en Aguascalientes
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, lunes 24 febrero 2025.- En el viejo sistema político mexicano, se le llamaba “futurismo” a los trastabilleos de los invitados a postularse a un cargo de elección popular, desde Álvaro Obregón en 1929 (que por eso sería asesinado) y hasta Enrique Peña Nieto en 2012. Hay todo un grueso tabique casi bíblico de anécdotas al respecto.
Hoy es otra historia, la 4T debe ser diferente, si no quiere ser “más de lo mismo” y la “prueba del ácido” la ejemplifican los Yunes, queriendo infiltrarse en Morena y los Murat, además, en lo poco que le queda al periodismo nacional tradicional, personajes históricamente probados, distantes años luz de la lealtad transformista, esa que todos los días la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo revalúa más que los mercados al oro.
El mundo tampoco es el mismo, en nada se parece a aquel de hace nueve años, cuando México estuviera totalmente arrodillado al extranjero y aunque pareciera increíble o inexplicable, iniciaría su metamorfosis cuando en 2016 el poder económico mundial, el amo global, fuera escandalosamente derrotado por un loco en el que nadie creía, que vencería en las urnas a Hillary Clinton, la candidata del poder, y la Gran Prensa mundial desataría desde entonces una feroz campaña en su contra que permanece hoy en día, liderada por The Times y The New York Times, y por El País de hispanoparlantes. En México muchas veces participaría hasta la agónica La Jornada.
El punto es que aquel loco tenía algo en común con México, con Andrés Manuel López Obrador, que igual, venciera al poder económico mundial en 2006 , pero lo mismo que el embajador Wilson en 1913 al apoyar a Victoriano Huerta contra Francisco I. Madero, Tony Garza empujaría a Felipe Calderón para que robara la elección, pero AMLO regresaría en 2018 contra todo pronóstico y pondría la primera piedra de un nuevo sistema político mexicano que no debe parecerse al anterior, como pretenden las infiltraciones Yunes-Murat.
Son muchas también, las anécdotas del nuevo sistema político de Estados Unidos de América, impuesto por Donald Trump, cuya misión central siempre será la sobrevivencia del vapuleado conservadurismo, opuesto a la vida, a la prosperidad y a la justicia de los pueblos y las sociedades con un nivel de desarrollo distinto; en 2020 le robaron a Trump la elección, pero nunca bajó los brazos y ahora tiene al mundo a sus pies… Excepto la Gran Tenochtitlan, aunque haya quien caricaturice lo contrario, cuando en realidad lo hace con su pobre ignorancia.
Igual que AMLO, desde sus primeras luchas sociales contra las petroleras en Tabasco y luego por las etnias durante el echeverrismo con el pillo Ignacio Ovalle Fernández, Trump seguiría marcándole el rumbo político a su país, atacando los pilares del neoliberalismo, como la ONU, la OMS y la OTAN; de sus muchas enseñanzas, más acordes con el pragmatismo mexicano, está la de no dejar de moverse.
Igual que desde de los inicios de la 4T en 2018, López Obrador no dejó nunca de mirar hacia el Gobierno de la Ciudad de México; hoy tampoco, Claudia Sheinbaum, desvía la mirada de quien está a cargo de resolver el problema que más lacera al país y que habrá de consolidar a México en el primer mundo de 1936, cuando la 4T haya sido totalmente edificada en todos sus pisos.
Entre otra de las lecturas que este escenario tiene del nuevo sistema político mexicano es que: No hay que dejar de moverse.
Los brincos y los sombrerazos, los enconos y los exabruptos, tanto como las trágicas trifulcas políticas, que desde 1929 cuando masacraran a muchas vidas entre los simpatizantes de José Vasconcelos y los más de 500 perredistas simpatizantes de AMLO en 1988 asesinados por Carlos Salinas de Gortari, además de Lomas Taurinas y Juan José Posadas Ocampo, todo eso ha quedado atrás.
Si la lucha de López Obrador fue de “abrazos, no balazos”, la de Sheinbaum será muy semejante a “la resistencia política no violenta” de Mahatma Gandhi, es decir, de “calma y nos amanecemos”. Lo que elimina todo berrinche descontrolado en el morenismo; quien lo haga será “más de lo mismo”, y más pronto que tarde, “quemado” como las brujas de la Inquisición, como la ignorancia europea de entonces llamaba a la disidencia política; Juana de Arco es una buena muestra.
Y esto nos trae al estado de Aguascalientes, único en el país donde Morena perdería la elección presidencial en 2024, y también único en el país que no ha tenido una sola visita de la Presidenta Sheinbaum en favor de su desarrollo local, aunque haya impulso, por ejemplo, el Distrito de Riego 01, pero de manera central; a Sheinbaum no le pasa la gobernadora Tere Jiménez, por algo será.
En estos momentos ya se libra una lucha preelectoral en Aguascalientes, en la que participan varios actores, sin embargo, al igual que en el ámbito geopolítico -como el Titán en al vecino país del norte y el tabasqueño en México- el destino manifiesto ya está más que manifiesto; bajo los nuevos cánones políticos ya no hay nada que lo cambie, hágase lo que se haga y dígase lo que se diga.
Por el PAN, que ha gobernado Aguascalientes desde que el salinista Otto Granados Roldán se lo quitara a Héctor Hugo Olivares Ventura por orden de Salinas y lo cediera a Felipe González en 1986, hasta que en 2010 lo rescatara Ricardo Monreal para Carlos Lozano de la Torre, pero lo recuperaría el panismo con Martín Orozco Sandoval en 2016 y lo conserva actualmente Acción Nacional con Jiménez Esquivel.
Tanto Trump, como AMLO, “gobernaron” a su modo durante los ostracismos a los que los confinara el poder económico global; entre los 70s y la segunda década del tercer milenio, López Obrador construyó silenciosamente un modelo político que ahorita asombra al mundo; igual Trump, oficialmente de 2016 a 2020 y subterráneamente, de 2020 a 2024, el Titán elaboró una escandalosa agenda geopolítica de la que casi ningún de los 200 países alineados a Estados Unidos de América escapa, repetimos, excepto México.
Esto quiere decir que, a su modo, ya está gobernando Aguascalientes quien ganará las elecciones en 2027, que por cierto, a diferencia de AMLO y de Sheinbaum, sí encarcelará a aquellos políticos que han criminalizado sus cargos en perjuicio de la familia aguascalentense y no son poquitos; sí habrá, en el gobierno morenista que surgirá en 2027, cacería de brujas, y como decían en la habanera Copacabana: “A esconderse que ahí viene la basura”-
LA COSA ES QUE…
Localmente, los únicos ganadores por ahora son los encuestadores, porque hacen creer que fulano y zutano tienen posibilidades, cuando en realidad no tienen ninguna. Se barajan por Morena tres perfiles: Nora Ruvalcaba Gámez, Arturo Ávila y Aldo Ruiz.
Lo detallaremos en otro momento, pero la ley contra el nepotismo que acaba de aprobar el Congreso a iniciativa de Sheinbaum, tiene dedicatoria y se llama Ricardo Monreal Ávila, que tiene en cargos públicos para los que no son capaces, a la mayoría de sus 13 hermanos.
Un viernes cualquiera de 2016, en que acostumbraba desayunar el gobernador Carlos Lozano de la Torre con sus “cuadernos de doble raya”, apareció en el restaurante, tímido y mirando a todos lados, el empresario en cosas de armas que presuntamente vendía al Ejército, Arturo Ávila Anaya, y a partir de entonces le tiraría a todo lo que se moviera, como la alcaldía aguascalentense en dos ocasiones, pero infructuosamente, porque Lozano no consolidó su poder al terminar su gestión.
Igual que a Lozano de la Torre, a Arturo lo impulsa Monreal, o sea, una “ficha quemada” que solo apantalla a la ingenuidad aguascalentense, que no es menor.
Aldo Ruiz fue representante de AMLO y trató de hacer lo mejor posible, pero lo cierto es que no logró acreditarse entre el morenismo aguascalentense químicamente puro, es decir, el amlista, porque con él hubo rapacerías.
Resulta que cuando iba a Aguascalientes López Obrador, dejaba a su comitiva en el hotel y él se iba a cenar y a hospedarse en la casa de sus amigos Nora Ruvalcaba Gámez y Fernando Alférez, por la clínica 1 del IMSS.
Creo que no es necesario subrayar quién gobernará a Aguascalientes a partir de 2027. Más bien, que se vayan organizando los adversarios porque la cacería de brujas va a estar fuerte.
Qué tal.