COSA DE PRENSA / Geopolítica

 

 

  • Cumbre de los BRICS en Kazán, Rusia

  • México no quiere ser un “ladrillo de oro”

  • Por su vecindad y la economía regional

  • Mas no se desmarca del multilateralismo

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., miércoles 23 octubre 2024.- Una vez más se manifiesta la genialidad geopolítica del mexicano que nadie pudo vencer, aunque todos lo intentaran, Andrés Manuel López Obrador, al abrazar la presidenta Claudia Sheinbaum al multilateralismo, para enfrentar al poder económico global, pero por razones geopolíticas, abstener a México de convertirse en un “ladrillo de oro”, como en chino llaman a cada uno de los países integrantes de los BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- que están celebrando en Kazán, Rusia, su 16ª Cumbre, en la búsqueda de un nuevo orden mundial.

 

Pero, ¿por qué, ladrillos de oro?

 

Por su gran potencial y futuro brillante.

 

Desde este martes 22 y hasta el próximo jueves 24 de octubre, se desarrolla la Cumbre de los BRICS, a la que arribara el presidente chino, Xi Jinping, abordo de su avión presidencial escoltado por aeronaves militares enviadas por Vladimir Putin, su anfitrión y el más importante de sus vecinos, con quien ha suscrito un pacto no escrito de “no alianza, no confrontación y no apuntar a ninguna tercera parte”, tal y como postula el Gobierno de México, al abstenerse por ahora de unirse a esos ladrillos de oro y reiterar su pertenencia vecinal al T-MEC, del cual depende el 80% de sus exportaciones.

 

El pasado 8 de agosto, el presidente AMLO rechazaría aquella posibilidad, para concentrar al país a obtener el máximo provecho del tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá-

 

“Nosotros tenemos buenas relaciones con los gobiernos de EU y Canadá, y por nuestra vecindad nos conviene mantener la cooperación con esos países, que son muy buenos mercados”, diría López Obrador.

 

 

Añadiría:

 

“No vamos a participar en este bloque, esta asociación (de los BRICS). Desde luego, celebramos que lo hagan otros países; sin embargo, por razones económicas, de vecindad, por razones de geopolítica, nosotros vamos a continuar fortaleciendo la alianza de América del Norte y de toda América”.

 

Por eso fue que el pasado jueves 17 de octubre, la Presidenta Sheinbaum anunciaría no contemplar un acercamiento con los BRICS, al informar que se enfocaría en fortalecer las relaciones comerciales dentro del T-MEC.

 

En aquellos días, en los preparativos a la Cumbre BRICS de Kazán, se estudiaba la incorporación de nuevos países miembros, como Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía, entre otros.

 

“Por razones geopolíticas”, diríamos nosotros aquí, la Mandataria Sheinbaum ha mencionado que las caídas del peso frente al dólar, se deben a las declaraciones de Donald Trump, con respecto a México, sin embargo ella sabe -como el propio AMLO en su momento- que las fluctuaciones del peso y de todas las monedas del mundo -excepto el yuan y el rublo- las manipula el poder económico global, como se acentúa más en estos momentos en Argentina.

 

El peso prácticamente está en el mismo nivel en que lo tomó AMLO en 2018, y empezó a revaluarse después de la reunión de la Presidenta Sheinbaum con 240 empresarios nacionales y estadunidenses, donde se anunció la intención de invertir para el próximo año 20 mil millones de dólares, que los mercados leyeron como la aprobación del poder económico global al nuevo Gobierno de México.

 

 

Por eso Sheinbaum dijo que la relación comercial con Estados Unidos va a seguir, independientemente del resultado de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre en el vecino país del norte.

 

Subrayaría la importancia del T-MEC para México al destacar que el país tiene relaciones comerciales y tratados con varios países, pero la prioridad es el fortalecimiento de los lazos con sus vecinos del norte.

 

“Esta estrategia busca consolidar la posición de México en el mercado internacional y atraer más inversión extranjera”, diría la Presidenta Sheinbaum.

 

 

Las razones nacionales son más que suficientes para entender que si bien, la relación geopolítica de México con Estados Unidos está pausada, la comercial, no, porque más del 80% de sus exportaciones se dirigen al norte, la industria automotriz representa el 4% del PIB y la manufacturera el 20.5%, que se verían fuertemente vulneradas si Trump impone hasta 300% a los aranceles como ha alardeado que haría el llegar a la Casa Blanca, porque llegará en enero de 2025 cuando tome posesión.

 

Sin embargo, Alicia Bárcena, entonces canciller y hoy, en el escritorio público que más le gusta a Claudia Sheinbaum, el ambiental, reiteraría ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, la adhesión de México al multilateralismo, iniciativa china con la que, el menos en estos días en Kazán, Rusia, están de acuerdo los 36 países asistentes a la Cumbre y muchos otros más, casi la mitad de los 200 alineados a Occidente y al dólar.

LA COSA ES QUE…

 

Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica representan juntos el 23% del PIB mundial, el 42% de la población y más del 16% del comercio global, y son piedra angular, con el multilateralismo, con que la hegemonía de un solo país y una sola moneda tienden a modificar el nuevo orden mundial.

 

Por ahora, México se abstiene de convertirse en un “ladrillo de oro” de los BRICS, pero ya es un potencial y con futuro brillante, cono lo saben ocho de cada 10 mexicanos, con un espacio cada vez más significativo en la geopolítica y en América, que es de todos los americanos, desde Alaska hasta la Patagonia.

 

Qué tal.

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