-
Ahí, donde Tolsá, Diego, Orozco y Siqueiros
-
Reflexiones sobre las luces y las sombras
-
En La Rueda de la Fortuna, ganar y perder
-
Poder económico revierte bondades de AMLO
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, lunes 12 febrero 2024.- Del Mago al Loco es una representación teatral, musical y esotérica, que se presenta en la Academia de San Carlos y simula sin decirlo, a una imaginaria ceremonia de iniciación masónica, en la que el aspirante empieza su viaje por la vida al través de cada uno de los 22 arcanos mayores del tarot… Envuelto con sus luces y sus sombras.
Al final son muchas las reflexiones que surgen sobre la existencia humana, pero podemos elegir una moraleja para ejemplificar con sencillez aquel sentimiento, más o menos el mismo que El Hijo del Hombre proclamara a su Padre desde la cruz, como ocurre en estos momentos con miles y miles de niños, mujeres y ancianos palestinos, bajo el yugo de aquel mismo pueblo en la Franja de Gaza: “¡Perdónalos Señor, no saben lo que hacen!”.
Y es que si la gente supiera lo que hace -con todo respeto para la minoría elegida, “porque son muchos los invitados, pero muy pocos los escogidos”, que sí sabe lo que hace- no se haría tanta maldad con la inmensa mayoría de la humanidad, que se queja del cambio climático, pero nada puede contra su exterminio.
A Pablo Valdés Kuri le brotó la espléndida idea de su representación teatral-musical-esotérica, que contó con un escenario irreprochable: los dos patios del noble inmueble fundado en 1781 por órdenes del rey Carlos III de España, al que el arquitecto italiano Javier Cavallari en 1858 imprimiera su estilo renacentista, revisado posteriormente con todo lo demás por el arqueólogo alemán Johann Joachin Winckelmann, con respecto a su fidelidad con la historia del arte.
Ahí dieron clases de escultura y pintura los maestros Manuel Tolsá y Rafael Ximeno, igual que Eugenio Landesi y José María Velasco, y no podemos dejar de mencionar a los alumnos Rivera, Orozco, Siqueiros, Hersúa y Felguérez, entre otros.
Beatriz Cárdenas González (se dijo que “voluntaria”, pero esto se aprecia impreciso, mas no discutible) fue la viajera. Desde El Mago hasta El Loco, fueron desfilando uno a uno todos los 22 arcanos mayores, en la que el numeroso elenco, de unas 18 personas, hombres y mujeres, mostró a la viajera las luces y las sombras simbolizadas en cada uno de ellos, con la moraleja final y definitiva, de la necesidad irrenunciable por la búsqueda personal de un mundo mejor.
Y para esta obra también, como para la vida en su conjunto, “la concentración es la madre de todos los éxitos”, que va desde la meditación hasta la visualización anticipada de lo que se quiere ser, porque “quien cree, crea”; lo cual no es posible ante la enajenación mediática (mentiras, futbol, telenovelas) y la digitalización obsesiva.
Quizá para espíritus solitarios y Ermitaños -como el arcano mayor- las cosas sean todavía más engañosas de lo que son en realidad, un poco desde la óptica de quien esto escribe, pero uno de los momentos más impresionantes, espectaculares y bellos, fue cuando tocó al turno de ser representada a La Estrella, que simboliza riqueza y profundidad en la carta del tarot de Rider Waite.
Después que transcurriera de pie el primero de los cuatro cuartos de las poco más dos horas que dura la representación, el público ya sentado, fue conmovido muy impresionantemente con una hermosa joven desnuda que representó a La Estrella, figura central de la carta, que simboliza también la conexión entre la pureza y el subconsciente.
Sentada a una altura por encima de la del auditorio, la hermosa rubia subió a un pedestal desde el cual invitó a Beatriz a acompañarla, pero antes, lentamente y en la oscuridad, se despojaba de sus ropas, para que al estar totalmente desnuda recibiera los reflectores y con ellos el asombro del público: una belleza que parecía angelical… Y en realidad, eso, lo angelical, más o menos como cuando Helena de Troya recibiere con un seno desnudo al iracundo Menelao, era lo más cercano a la realidad.
Continuó el recorrido por los arcanos mayores del tarot, el elenco hacía su papel espléndidamente, en aquello que Valdés Kuri presentara como: “Puesta en escena interdisciplinaria, que de forma alegórica, muestra el universo de los arquetipos que conforman la psique humana, representado a través de las imágenes del tarot”.
Más adelante, a una altura mayor, en medio de las pilastras del oval sancarlino, otro desnudo femenino, pero esta vez más bien sugerido, porque se trataba del arcano El Mundo, que en el tarot de Rider Waite se representa con una chica desnuda, cubierta solamente con una tela morada de los hombros a la cintura, enmarcada con una corona de laurel y cintas escarlatas; simboliza la corona del desarrollo, el trabajo terminado.
LA COSA ES QUE…
Aquel lamento de El Hijo del Hombre en la cruz jamás pierde vigencia, tiene más de dos mil años de edad, y le alcanza también al presidente Manuel López Obrador en 2024, quien con la mejor de las voluntades busca la justicia social que ningún presidente de México ha logrado, desde Guadalupe Victoria, el primer presidente en 1824 hasta Enrique Peña Nieto en 2018, pero la maldad lo impide.
Después de Benito Juárez, Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos, ningún otro presidente mexicano había logrado tanto en tan poco tiempo, no obstante, los dueños del dinero siempre le ponen obstáculos: AMLO crea becas, pensiones y programas sociales de avanzada, pero el poder económico eleva sus precios todos los días, para echar abajo esas bondades.
El sistema económico mexicano está mejor organizado que el Gobierno de México, para encargarse de que las becas, las pensiones y los privilegios conseguidos en el gobierno de López Obrador, no duren mucho; en los transportes públicos, por ejemplo, ETN o Primera Plus, el adulto mayor debe aceptar los horarios y los lugares que los empresarios le faciliten, para tener derecho al descuento.
En esas condiciones, no existen las bondades empresariales, quieren poner en ridículo al Presidente de México, pero el pueblo ya “tiene otros datos”.
“¡Perdónalos Señor, no saben lo que hacen!”
Pero todo eso se paga, ya les vendrá su karma.
Qué tal.