EL DINERO ES MUY CABRÓN,

 CAMBIA A LAS PERSONAS: MARIA FÉLIX “LA DOÑA”

*.- México es un pueblo noble pero tiene sus límites

*.- Las “Divas” no existen… ¡¡Esas son estupideces”!!

Por Edmundo Cázarez C.

2/5 partes

-De nueva cuenta me pregunta…

-¿Cómo me dijo que se llama?

-Edmundo Cázarez para servirle. Tocándose la frente con su mano derecha señala…

-Edmundo Dantés era el Conde de Montecristo. Mira Edmundo, quiero que anote el teléfono de mi casa, hábleme mañana y nos ponemos de acuerdo para darle una entrevista exclusiva. Usted marca después de las 12 del día y yo misma le contesto.

-Un tanto incrédulo de lo que acababa de escuchar de los labios de tal  personalidad, me atreví pedirle me diera un pellizco para estar seguro que no era parte de un sueño…

-Ja, ja, ja, ja. ¡¡Claro que sí!! –respondió y lo hizo-.

Estaba tan emocionado que quería publicarlo… Ni siquiera me percaté que daban la tercera llamada. Al día siguiente, acatando sus instrucciones y desde la redacción de la revista, a las 12 en punto, marcqué el número del teléfono de su casa. Respondió ella, su voz ronca me pregunta:

-¿Quién habla?

-Señora muy buenos días, soy Edmundo Cázarez, reportero de la revista Siempre, me pidió ayer que le llamara para ponernos de acuerdo para…

-…Claro que sí, por favor, hábleme en dos semanas porque me estoy yendo ahorita Acapulco.

Así se ponía a prueba, nuevamente, mi paciencia, una y otra vez vi posponerse la entrevista. Que se iba de viaje a Paris, que estaba un poco resfriada, que la habían invitado a Cuernavaca, etc.

Desafortunadamente, el 24 de mayo de 1996, víctima de un paro cardíaco, a la edad de 61 años   falleció Enrique Álvarez Félix en su departamento, por cierto, muy cercano a la casa donde vivía “La Doña”. Por prudencia y respeto, consideré no molestarle  y dejar pasar el terrible dolor de perder a su querido hijo.

Transcurrido  poco más de un año de aquel día en que había platicado brevemente con “La Doña” en el teatro, la mañana del lunes 29 de julio de 1996, a las 11:30 del día, decidí llamarle nuevamente a su casa de Polanco, esperando tener suerte…

-¿Quién habla?

-Señora buenas tardes, soy Edmundo Cázarez de la revista Siempre…

-¿Otra vez usted, qué chingados quiere?

-Perdón señora, usted sabe muy bien que estoy muy interesado en hacerle una entrevista exclusiva para la revista Siempre…

-Ah, pues también déjeme decirle que tiene 20 minutos para llegar a mi casa y si no hace lo que le digo, pues ya se chingó ehhh…

De inmediato fui con Beatriz Pagés, directora general de la revista Siempre para informarle que había logrado la entrevista con “La Doña”, y   me esperaba en 20 minutos en su casa.. La respuesta de la directora fue desconcertante…

— “Edmundo, María Félix no da entrevistas exclusivas ni a Jacobo Zabludovsky que es su amigo, sin embargo, creo en ti y de todas maneras llévate un fotógrafo por si chicle y pega”.

Sin pérdida de tiempo, acompañado por el fotógrafo Arturo Bermúdez, abordamos un taxi en la calle Vallarta, colonia Tabacalera, en donde se encuentran las oficinas de la revista Siempre para llegar a Hegel, en la colonia Polanco, en donde vivía “La Doña”.

Nos recibió Jaime Núñez, acompañante y amigo de nuestra entrevistada, quien nos informó que ya nos   esperaba, en una sala que más bien parecía galería de arte por la infinidad de esculturas y pinturas.

Sentada en un sillón dorado y ataviada de un precioso vestido de seda color negro que le imprimía ese toque de elegancia y majestuosidad que era tan de ella. Se veía delicadamente maquillada, lucía hermosa, espectacular. Imponía enormemente esa presencia…

A manera de bienvenida, María Félix “La Doña”, dijo:

–¿Quiere tomar un café o algo?

-Por favor, un vaso de agua…

-Con voz fuerte y firme, ordena a quien seguramente era su sirvienta o ama de llaves: ¡¡Tráiganle un café exprés a mi invitado!!

-Inmediatamente, le aclaro que pedí un vaso de agua a lo que ella refuta…

-Pues se chinga porque está es mi casa y en mi casa mando yo. Bah! nada más me faltaba eso!!!

-“La Doña” se percata que en mi mano derecha traigo preparada una pequeña grabadora para no perder ni una sola palabra de la entrevista, con voz amenazante me señala..

-Mire usted, yo he viajado por todo el mundo y me han entrevistado periodistas muy inteligentes, y ellos, no se valen de estos aparatitos para grabar una entrevista porque escriben absolutamente todo, además, usted no tiene la cara de pendejo. Así es que va a guardar su aparatito y va a escribir palabra por palabra de todo lo que le diga durante la entrevista y si no le parece, mire ahí está la puerta y lárguese de mi casa…

-¡(Gulp,,)! Señora, discúlpeme pero no traigo una libreta para anotar, es mejor una grabadora…

-… ¿Acaso usted va a la guerra sin un fusil? –Me cuestiona y ordena que me faciliten hijas de su correspondencia personal, con un membrete María Félix, realzado en color negro para escribir la enttevista-

-No vengo a ninguna guerra sino a conversar y aprender de una gran mujer…

-Mire usted, acabo de pasar un trago muy amargo con la muerte de mi querido hijo. Así es que vamos a platicar usted y yo. Le recuerdo que decidí recibirle por su insistencia y porque me demostró ser atrevido, pero con la única restricción que no toque absolutamente nada sobre mi hijo.

-¿Sin faltarle el respeto, quiero preguntarle si detrás de la imagen de una mujer a veces grosera, déspota, posesiva, humillante y hasta soberbia, existe un poco de humildad en la gran señora de nombre María de los Ángeles Félix Güereña?

-¡¡Eso es, veo que saca la casta, así me gusta, que denote respeto a su profesión y no venga aquí a mi casa para ponerse de alfombra o tapete, porque de esos tengo muchos.. –De nueva cuenta, llama a su sirvienta y le ordena… “Tráiganle un cognac a mi invitado que me está demostrando que no me tiene miedo”

-Señora, perdone pero vengo a trabajar, además, ni tiempo me dio ni de desayunar…

-Pues hay que levantarse más temprano!! Al que madruga, Dios le ayuda. Se toma el cognac o de plano ya no hay entrevista.

(Continuará).

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