COSA DE PRENSA

 

 

 

 

 

 

  • El adiós a Anita, Q.E.P.D.
  • Víctima del mal de Huntignton
  • Insuficientes servicios de salud

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., sábado 14 de octubre de 2017.- Hace tres años visitó el fraccionamiento Haciendas de Aguascalientes, el entonces diputado local Enrique Juárez Ramírez. Todos en el barrio conocen a Normita, la lideresa de colonia que ha hecho ganar ahí al PRI, no conoce la derrota electoral su casilla de la Sección 556, a una calle del monumento de la Línea Verde. A la vuelta de donde vive está la casa de la actual diputada panista Karina Eudave Delgado, quien el 26 de agosto de 2016, como candidata del PAN revelaría su nivel de conocimientos. Entrevistada por la revista Líder Empresarial, no respondió cuál libro era su favorito y dijo que México no es un Estado laico, y que si no se viviera el régimen democrático le gustaría el comunismo, pero la riqueza “debe repartirse según la sociedad, no lo mismo el oriente de la ciudad al norte o al poniente”. Claro, perdería la elección, pero los números de los árbitros electorales le favorecerían y lograría una curul en el Palacio Legislativo. A su casa no le cortan las ramas de la vegetación y obstruye la banqueta, y ya hasta el letrero de venta le pusieron… Bueno, el punto es que hablamos de la visita a aquella colonia del hoy presidente del comité directivo estatal del PRI, Juárez Ramírez. Ahí entre los vecinos congregados estaba Anita, una joven paciente del llamado Mal de Huntington, una cruel enfermedad para cual en Aguascalientes no existe ningún tipo de respuesta, acompañada de su mamá. Al término del evento fuimos presentados por Normita con ambas mujeres. “Mire, señor, es la vecina de la que le hablé, ¿cómo podremos ayudarle?”, nos diría la lideresa. Ahí empezó un proceso de exploración con respecto a las instituciones de salud pública que pudieran ofrecerle apoyo a la paciente. No relataremos aquí los detalles, pero se vivieron varias emergencias con la paciente, por supuesto, ninguna institución pública pudo asistirla. La paciente tenía algunas horas de lucidez al día, en las que medianamente podía explicar su padecimiento y casi nunca, su sufrimiento. Y no era necesario, era perceptible. Muchas veces nos resultaba confuso ubicar quién sufría más, si ella o su familia… Nosotros consultamos a México, a una asociación especializada en pacientes de la enfermedad de Huntington, lo más que logramos fue que algún representante (una persona con una paciente similar, en Aguascalientes) la visitara, para opinar sobre si podría ayudársele. El resultado fue negativo. En otra ocasión la fuimos a rescatar del Hospital Psiquiátrico, donde había sido “atendida” después de una de tantas crisis… Bueno, el punto es que el pasado domingo fallecería Anita, poniéndole fin no solo a su existencia, sino también al inenarrable sufrimiento de toda una familia, a causa de que en Aguascalientes no existe un sistema de salud pública que realmente ayude a la población. Eso es muy lamentable.

LA COSA ES QUE…

En el autobús urbano es cotidiano escuchar al familiar de un paciente de cáncer, o de cualesquiera otras enfermedades terminales, que pasa por medicamentos muy caros y también, insuficiente atención en los hospitales de salud. Si se viera con frialdad y sobre todo, honestidad, tendría que reconocerse que ése es el principal problema y el que menos atención tiene por parte las autoridades responsables; qué tal.

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