COSA DE PRENSA

  • A chingadazos si no nadie escucha
  • Hay una grave crisis de atención
  • La serpiente de las cuatro cabezas

Javier Rodríguez Lozano

AGUASCALIENTES, Ags., lunes 30 marzo 2020.- La mexicana Valeria Luiselli (37), quizá sucesora de Carlos Fuentes por dos coincidencias: hija de diplomático trotamundos y escritora mordaz (Desierto sonoro), es la voz de los migrantes en Nueva York que comparten, como himno espiritual esta oración: “Partir es morir un poco y llegar nunca es definitivo”. La peor parte es la mexicana, dice a Anatxu Zabalbeascoa, para El País, y relata que de todos los niños migrantes, el 80% son violados antes de llegar a la frontera. “Ha habido más de 11.000 secuestros, 120 muertos, 72 asesinados por la espalda por Los Zetas, cuando los migrantes se negaron a trabajar para ellos”. De ello nadie guarda luto y sin hablar del coronavirus, pone clavos en muchos ataúdes de mañana en el vecino país del norte que al cerrar este texto ayer, llevaba más de 2,500 decesos por coronavirus: “En este país es la ruina ponerse enfermo”. El seguro médico cuesta 7,000 dólares al año (unos 168 mil pesos”. Y justifica su defensa: “Me interesa el trabajo de la comunidad chicana que tanto Estados Unidos como México ignoran y que por fin ahora se abre camino, como siempre a chingadazos, porque si no nadie te escucha”… El nadie escuchar nada de nadie es otro tipo de virus, digo yo, y vengo a otra “zona del silencio”: Escribir para The New York Times, trabajar con el fiscal de Nueva York, asesorar en la Casa Blanca y hacer marketing y publicidad en Sillicon Valley, admite el catedrático de la Universidad de Columbia, Tim Wu (47), autor de Comerciantes de atención. La lucha épica por entrar en nuestra cabeza, “afectó mi manera de pensar. Una de las cosas que aprendí es que la atención es un bien escaso: nadie escucha nada, tienes que repetir mil veces algo para que cale mínimamente en la gente. Muchos no se dan cuenta de la cantidad de información que es ignorada; la mayoría de las cosas pasan desapercibidas”… A las 13:35 horas de ayer, 528 mil 515 personas habían contraído coronavirus en el mundo, de las cuales sumaban 33 mil 599 los decesos y 150 mil 851 se habían recuperado (fuente: covidvisualizer.com). Juntando mucha de la información difundida al respecto encontramos que las curvas de despegue de la mortandad del Covid 19, como ocurrió en Wuhan y ocurre en Italia, España, Estados Unidos y Francia, de manera incontrolada, por citar unos cuantos países, confirman que es justificado el temor del subecretario de Salud, Hugo López-Gatell, con respecto de “la última oportunidad” para resguardarnos en nuestros hogares; el problema va a ser la magnanimidad patronal con los trabajadores, porque no están acostumbrados… También es cierto que en este momento de inflexión mundial, como en todas las crisis que cada uno de los humanos vivimos en nuestras vidas, podemos -si queremos- rescatar algunas de aquellas “cosas que pasan desapercibidas”, a las que hemos sido indiferentes en circunstancias de lo que todavía conocemos como “la normalidad”, pero que no por ello son inexistentes. Por ejemplo, la manera en que nos hemos venido tragando al planeta, dejando que hierva el calentamiento global sin que nadie haga nada, y la forma que nadie soñó vivir, en que la Madre Tierra nos está llamando la atención… Otro ejemplo, y real, en el mismo sentido, es el de una mujer que vive en Estados Unidos, de nombre es Rosa, quien asegura haber soñado durante los primeros días de este mes: Caminaba llevando de la mano a un niño y de pronto en las nubes, medio aborrascadas, se formó una serpiente de cuatro cabezas. Al encontrarse la bruma demasiado bajo, ella le dijo al niño que no las tocara, pero el menor no hizo caso y levantó su diestra y tocó con sus dedos la cabeza de una de ellas. El reptil, ahí aéreo, exhaló una enorme nube negra, como el fuego de los míticos dragones chinos en batalla. El ofidio que se hallaba a su lado volteó a mirar con calmada sorpresa esa escena y las otras dos cabezas de la bestia, de plano, permanecieron indiferentes, tranquilas, pasivas. “Te dije que no agarraras a la serpiente”, regañó la mujer al niño, al que jaló y apresuradamente corrió con él a guarecerse en su casa. Pasaron los días y por fin, quizá como José en Egipto, cuando le revelara a Faraón el significado de sus sueños de “las siete vacas flacas y las siete vacas gordas”, Rosa obtendría la respuesta a sus preguntas, sobre el significado de su sueño. La madre de Jesús, el Hijo del Hombre, le explicó a la afligida mujer que cada una de esas cuatro cabezas significaba los meses de marzo, abril, mayo y junio próximos; que lo terrible ocurriría en estos días y que en el segundo mes vendría la calma, para que en los dos siguientes empezara la reconstrucción… Como esta información hay muchas otras que en estos momentos pasan desapercibidas, porque la mente humana predominante condicionada al materialismo, no está preparada para atenderla, esto es, se confirman las tesis de Valeria Luisseli y Tim Wu: Si no hablas fuertes nadie te hace caso y la atención es bien muy escaso… A las 14 horas de ayer, covidvisualizer.com registraba un total de 3,300 decesos en China, 10,779 en Italia, 6,618 en España, 2,606 en Francia y 2,438 en EEUU (México apenas registraba, quizá con dos o tres semanas de retraso como dicen los expertos, 16 fallecidos); qué tal.

LA COSA ES QUE…

El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell revelaba este sábado que solo 30% de la población estaba atendiendo el llamado de “Quédate en casa”, (como ocurrió en su momento en Italia y España principalmente y luego se dispararía la mortandad), por lo que de acuerdo a la velocidad de la pandemia es inminente que pronto el Gobierno de México le tome la palabra a la escritora Luiselli y levante la voz para adelantar la fase 3 y hacer el efectivo el resguardo doméstico obligatorio, por seguridad nacional; qué tal.

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